La cultura en una dictadura; la censura
16 de mayo en el IES Andrés Bello
El beneficiario Abel Hernández impartió al alumnado de 2º de bachillerato la charla sobre la cultura en la dictadura, la censura. Abel Hernandez es sociólogo, realizador de documentales y crítico de cine y nos acompaña una vez más a impartir esta charla en la que su experiencia nos hace vivir lo que fue la censura en la historia de España.
Comenzó hablando sobre la censura en el franquismo, como la iglesia católica impuso su criterio y la repercusión que tuvo en la vida y en el cine y que hasta a día de hoy podemos ver que hay una censura en muchos medios audiovisuales teniendo en cuenta dos aspectos: el tabú en todo lo relacionado con el sexo y lo normalizado que tenemos la violencia y la muerte.
Para entender por qué a día de hoy tenemos estas consecuencias nos explicó como en su época hombres y mujeres estudiaban separados, no podía haber relación sentimental alguna en público y llevaban una vida muy distinta a la de ahora donde el hombre daba permisos a la mujer en muchos aspectos cotidianos.
El profesorado se animó a participar explicando situaciones similares de la que habían vivido sus padres en cuanto a este tema, donde las parejas tenían limitado su encuentro y relación y donde las mujeres no podían estudiar sino que tenían que dedicarse a cuidar a los hermanos varones que serían quienes sí tendrán la oportunidad de hacer su carrera.
El alumnado también participó muy activamente, un alumno explicó lo difícil que era entrevistar a personas mayores que vivieron en el franquismo ya que muchas de estas personas vivieron con miedo a criticar al régimen y explicando que la censura estaba implícita en sus vidas. Otras alumnas explicaron historias de sus abuelos, como el varón cobraba el dinero de la mujer o como la mili afectó en sus vidas.
Abel cerró la charla con lo que para él es una de las cosas más importantes a tratar para evitar la censura: tener espíritu crítico, siempre con respeto hacia los demás. Todos pensamos de manera diferente porque tenemos diferentes puntos de vista según nuestras vivencias, educación en el entorno familiar y cultura en general, no existe una verdad absoluta ni la razón de unos por encima de otros. Escuchando y aceptando a las demás personas que sean como ellas mismas quieren hacemos el acto de no censurar la personalidad de nadie.